RESPETO
A LA AUTORIDAD
Es bueno recordar el concepto de autoridad como
la posición relativa de una persona ante dos o más individuos que le permite influir u orientar sus opiniones, valoraciones
y decisiones con relación al grupo donde se ejerce la autoridad. Tienen autoridad en la familia los
padres y en la educación los profesores.
La autoridad en padres y maestros debe basarse
en la capacidad que se tenga para satisfacer las necesidades del grupo. La
autoridad no debe confundirse con el poder que es dominio y manejar y mandar
sobre la conducta, obligando que los subordinados hagan una cosa. El poder
presiona, inhibe, atemoriza.
El niño educado mediante el poder estará
adiestrado; el educado mediante la autoridad estará bien formado; es por esto
que la autoridad que ejerzan los padres debe basarse, no en el autoritarismo,
ni en la sobreprotección, sino en la comprensión amorosa de las necesidades de
los hijos.
EL
HOGAR ES UN AMBIENTE IDEAL PARA EL DESARROLLO INFANTIL
Los niños se encuentran en constante desarrollo
físico, mental y emocional y es obligación y responsabilidad de los padres
conducirlos, acompañarlos en estas etapas de su desarrollo. El niño tiene gran
habilidad para aprender en sus seis primeros años de vida, siempre que reciba
aliento y oportunidades brindadas por las personas a quien él ama y de quienes
depende. Una relación sensible y agradable entre los padres y sus hijos le
ayuda a engrandecer el sentido de pertenencia, de responsabilidad hacia sí
mismo y hacia los demás, así como lo prepara para aprender a tomar decisiones.
APRENDIZAJE
DE PRINCIPIOS MORALES
El desarrollo infantil destaca la gran
importancia que tiene la fase neonatal y la primera infancia (hasta los tres
años) como importantes no sólo para el desarrollo físico del niño, sino para la
adquisición de los valores, aptitudes y el modo cómo enfrentar los problemas
que se le van a presentar en el futuro. La estimulación para el desarrollo de
los valores es un campo abierto para la investigación, porque es de vital
importancia para el niño, su familia y la sociedad.
Nos causa preocupación y zozobra los informes
radiales y televisivos que divulgan diariamente actos de corrupción, soborno,
maltrato, agresividad, pornografía, que bombardean con imágenes la mente de los
pequeños que tienen su conciencia moral en formación.
No hay recetas ni recomendaciones para los
padres frente a estas amenazas, pero sí los padres responsables, en pareja,
deben planear el tipo de valores, actitudes y elecciones que desean para el
desarrollo moral de sus hijos. El aforismo “nuestro hijo será lo que nosotros
somos”, contiene más de una verdad, porque en esta etapa de la vida el niño es
totalmente dependiente de sus padres y de los adultos que lo rodean. Está
inmerso en el estilo de vida de los padres, por lo tanto refleja los mismos valores
y actitudes que tienen ellos. Si en la familia percibe desamor, desunión,
desorden, los resultados se reflejarán en el niño.
Maslow,
un especialista en el campo de las necesidades humanas, considera que hay
necesidades vitales como el alimento, la vivienda, el vestido y el sexo. Las
llama necesidades víscerógenas, que permiten la conservación de la vida, pero
hay otro tipo de necesidades que les llama psicógenas y son la necesidad de
amor; necesidad de aprobación de la autoridad (en el niño, sus padres) la
necesidad de aprobación de los iguales (el grupo) y la necesidad de integrarse
a grupos y participar en ellos y la autoestima, que le permite sentirse
valioso, amado y estimado en sus conductas.
La
necesidad de amor es de gran importancia para el desarrollo emocional del niño,
es urgente que la relación de este con su padre y su madre sea cordial y
afectuosa. El contacto físico y visual entre los padres y su niño es una
necesidad para su buen desarrollo emocional, para que crezcan maduros y seguros
de sí mismos, en un ambiente de mutuo aprecio donde pueda captar claramente los
valores humanos básicos.
Los
hijos deben ser amados incondicionalmente, este sentimiento les da seguridad y
confianza en su familia y en el ambiente escolar posterior. Los bebés necesitan
ser tomados en brazos, acariciados, mimados, para que tengan la seguridad de
sentirse amados. Cuando reciben trato descortés, frío, perciben el mensaje “no
soy amado” y su reacción es llanto o una mueca de tristeza que posteriormente
va a crear conductas hostiles hacia los demás.
APRENDER A TOMAR DECISIONES
No
es fácil que los niños menores de seis años sean capaces de tomar decisiones.
Los padres deben darle la garantía de que sus decisiones son acertadas y
positivas para su nivel intelectual, y hacerle ver que la decisión tomada lo ha
favorecido.
El
niño aprende a tomar decisiones eligiendo la ropa que quiere ponerse, y
reforzando esta elección con palabras como “que buena idea, te ves muy guapo”.
Desde los dos años se puede tomar decisiones eligiendo sus juguetes, los
cuentos que quiere que le lean, compartiendo con los amigos juguetes y libros,
solo así de adulto tomará sus propias decisiones porque no se le ha programado
con elecciones que han hecho los padres en vez de darle oportunidad a los
niños.
Cuando
los adultos no tienen capacidad de tomar decisiones, recurren a los consejos de
familiares, amigos, que casi siempre con sus opiniones incapacitan para el
logro de una decisión acertada.
No
se debe programar a los hijos para que los demás le resuelvan los problemas,
debe dárseles la oportunidad de tomar decisiones responsables, ubicando el
problema y planteando alternativas para solucionarlo.
EL EXHIBICIONISMO Y LA FORMACIÓN DE LA CONCIENCIA MORAL
La
televisión, los quioscos de revistas, la propaganda, plantean diariamente un
desafío de exhibicionismo a los ojos sorprendidos de los niños. ¿Qué deben
hacer los padres frente a esta información erótica y pornográfica? ¿Cómo
neutralizar los efectos que este fenómeno produce en los pequeños?.
La
desmitificación del sexo, ha sido llamada en España y México como “Destape” que
aparece en publicaciones, propagandas, con un destape cargado de pornografía
que produce en los niños perturbaciones en el sueño, en el aprendizaje, en las
relaciones con su medio ambiente y en su estado emocional total.
La
pornografía produce en los niños y sobre todo en los pre escolares una
estimulación sexual forzada que con el tiempo se evidencia en ansiedad,
inseguridad, sentimientos de culpa y sueños perturbados, estallidos agresivos,
confusión en el establecimiento de límites, irritabilidad, curiosidad morbosa y
distorsión de sus intereses.
No
es que el sexo sea un tabú, pero exige una educación sexual que debe iniciarse
a los dos años de edad.
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