jueves, 4 de marzo de 2010

6.- LA EFICIENCIA DESEABLE EN UN MAESTRO (Derechos de Autor Reservados, puede citarse mencionando la fuente)

Tres son las acciones que debe cumplir todo maestro, acciones que se tornan una exigencia para una educación humanista. Estas pueden resumirse en las siguientes.
  • Ser líder del grupo.
  • Facilitar el proceso de aprendizaje.
  • Establecer relaciones con la comunidad.
Dentro de estas acciones cabe señalar algunas exigencias que pueden darnos la imagen del maestro que necesita la educación.

Brevemente voy a analizar estas exigencias:

El Maestro como Líder del grupo.- Para que el maestro pueda conducir con efectividad al grupo con el que trabaja, deberá ubicarse dentro de las características de "líder democrático" que mantenga relaciones de horizontalidad con los participantes, orientando las acciones del grupo hacia soluciones inteligentes en base a análisis, razonamientos y discusiones tendentes al logro de objetivos grupales.

Un hábil conductor de grupo, descubre las habilidades de los integrantes y las canaliza hacia el bien común. Debe anotarse que para ser un auténtico líder es necesario cultivar ciertos valores personales, tales como aplomo, responsabilidad, comprensión, benevolencia, cordialidad, cortesía, seguridad, confianza, mente lúcida, apariencia agradable, voz clara, bien timbrada y sugerente, estos valores son posibles solamente si el maestro tiene madurez emocional, y sensibilidad social.

El maestro en acción docente.- Para ser facilitador del aprendizaje, deberá el maestro poseer una sólida base cultural que le permita manejar con flexibilidad la malla curricular. Su acción deberá impulsarse por objetivos definidos y su trabajo organizarse sin perder de vista los intereses y necesidades y logros de los participantes. Las ideas deberán ser expresadas en forma clara y coherente; deberá tenerse en cuenta las diferencias individuales de los alumnos para poder proporcionar ayuda individual cuando sea necesario.

La participación de los tímidos deberá ser estimulada a la vez que se cuida el monopolio de la palabra. Las técnicas empleadas en el proceso deberán ser productivas, tratando siempre de ahorrar tiempo y esfuerzo en el desarrollo de capacidades. Un maestro productivo combina las diferentes técnicas, hechando mano al informe, la discusión, la apreciación, el estudio dirigido, dentro siempre de dinámicas grupales.

El ambiente del aula debe apartarse de todo convencionalismo y rigidez. Un ambiente informal estimula la participación, da libertad al grupo y hace posible relacionar el derecho y la responsabilidad con el cumplimiento del deber. Debe enfatizarse el hecho que la libertad con auto-control no es libertinaje.

Las ayudas y materiales de instrucción usados deben ser producidos en cooperación con los alumnos, debiendo evaluarse el material antes y después de su utilización. Después de usarse un material se enriquece por la experiencia que proporciona, de tal forma que es urgente su catalogación. Las interrogaciones deben ser formuladas como retos mentales que estimulen la reflexión.

Ya no puede admitirse una evaluación en un sólo sentido, no es exclusividad del maestro evaluar a las alumnos. Ellos son capaces de evaluar el proceso mismo, evaluar a los maestros, auto evaluarse y evaluar a los grupos en los que trabaja. La evaluación que haga el maestro de los alumnos será constante y permitir diagnosticar y valorar las capacidades, habilidades, conocimientos, hábitos y apreciaciones que reflejen cambios de conducta. La evaluación del proceso servirá para vitalizarlo y retroalimentarlo. Un análisis crítico de las deficiencias permite superarlas, así como conocer los aciertos refuerza las acciones. El maestro debe mostrar espíritu abierto a la evaluación y orientación. Sólo si sabe juzgarse a sí mismo podrá superarse y enriquecer su vida profesional.

Establecer relaciones con la comunidad.- Es otra acción importante que debe cumplir el maestro; relacionarse con la comunidad va a permitirle conocer y aprovechar los recursos educativos que la comunidad brinda coordinando acciones para promover su uso.

No debe olvidarse la constante necesidad que tiene el maestro de implementarse científica y pedagógicamente, confeccionar fichas bibliográficas, organizar y asistir a conversatorios, mesas redondas, seminarios en un constante deseo de saber más.

Todas estas exigencias son un reto para los docentes para el inicio del siglo XXI. Hay la confianza, más aún la seguridad, que el magisterio va a colmar con creces las expectativas que el gobierno ha puesto en él con la aplicación de la Ley de Carrera Docente.


NO SE EDUCA SOLO EN EL AULA, TAMBIÉN EN LA COMUNIDAD

No hay comentarios:

Publicar un comentario