El analfabetismo debe considerarse como un freno para el pleno ejercicio de los derechos del hombre y debe ubicarse dentro del contexto de marginación socio económica de nuestras mayorías.
Nadie elige ser analfabeto, es la sociedad la que hace al analfabeto, al no brindarle las posibilidades de una vida decorosa en la cual se satisfagan –por lo menos- las necesidades básicas.
Se concibe este problema social considerándolo, ingenuamente, como una incapacidad del hombre para el ingreso a la cultura letrada y no como una falta de oportunidades en un proceso doloroso de pobreza y de extrema pobreza.
Esta concepción ingenua, mecanicista, determinad un analfabeto vergonzoso, tímido, callado, pasivo. Un hombre que al decir de Paulo Freyre, “ha perdido el derecho a decir su palabra”.
Las soluciones que se plantean en esta concepción también son mecanicistas a través de “Campañas de Alfabetización” para erradicarlo, como si fuera una hierba mala.
Una concepción crítica concibe el analfabetismo como una consecuencia de una determinada estructura social, en un momento histórico.
Esta concepción supone soluciones también críticas que permitan la integración del hombre a su realidad a través de la “palabra” como medio de acción y reflexión. Todo programa o proyecto de alfabetización que no inserte esta etapa motivacional en la pre-alfabetización estará planteando soluciones focalistas e intrascendentes y poniendo el germen del analfabeto por desuso.
Son necesarias acciones preventivas para evitar el analfabetismo funcional. Los medios de comunicación social, la sociedad en conjunto debe comprometerse con acciones alfabetizadoras basadas en concepciones críticas y en revaloración del hombre.
La UNESCO recomienda considerar a la educación permanente como piedra angular de la política educativa, prolongando la educación a lo largo de la vida. Recomienda también que toda acción alfabetizadora debe articularse en los objetivos del desarrollo del país. Enfoquemos la alfabetización dentro de estas recomendaciones.
La educación permanente es la gran ausente en la Educación Peruana y compromete no sólo a los órganos del Ministerio de Educación, sino a toda la sociedad. Educar es tarea de todos.
¡Qué pena! Pese a campañas millonarias, el Perú sigue teniendo el 8% de analfabetismo. El analfabeto por desuso aumenta este porcentaje.
